He aprovechado mi estancia en Úbeda para retomar la lectura del libro de Aranda..
Ya había leído los capítulos de “Crítica y teoría de cine”, “Bajo el franquismo”, “Géneros y movimientos” y algunos artículos sueltos del resto del libro.
De ellos considero que “El crítico comprometido” es tal vez el más relevante en cuanto a desvelarnos la personalidad y las intenciones del autor como crítico de cine.
De lo que he estado leyendo estos días, he sacado en conclusión que Aranda estaba más interesado en el cine documental que en el de argumento dramático. Y que los directores que ensalzaba eran los que mostraban en sus métodos y en sus obras una visión humanista de la vida. Y que para Aranda en Surrealismo era una manifestación principalmente humanista. Y en muchos casos humanismo y homoerotismo van paralelos al hacer referencia a los hombres y sus trabajos manuales, físicos, musculares. Relevante es la relación entre humanismo y ternura en el artículo “Joy Leyda”, que transcribo en breve.
De la mayoría de los directores hace una descripción cariñosa y amable de sus fisonomías y sus caracteres.