DIARIO DEL VIAJE A PERÚ- AREQUIPA

11 DE JULIO

AREQUIPA

Me recogen a las 7:30 para trasladarme de nuevo al aeropuerto rumbo a Arequipa. Llegué a las 11:30. Lo primero que me llamó la atención fueron los tres grandes volcanes, se llaman Misti, Chachani y Pichu Pichu, pero no he conseguido aprenderme cual es cual.

Este es el único que está activo, aunque parece muy alto por la cercanía es el más bajo de los tres:

Este es el mayor y más alto, y tiene 7 picos, pero todos pertenecen al mismo volcán:

Un tercero, en cualquier caso hay mucha neblina:

Me trasladaron, ya junto a un grupo de españoles con los he ido compartiendo el resto del viaje, al Hotel Cabildo.

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Como el tour comienza las 14:00 h, almorcé en el restaurante del mismo hotel. Otra especialidad vegetariana, Pastel de papas, una especie de lasaña de patata y queso al horno. Delicioso. Desde luego en Perú un vegetariano come muy bien con especialidades muy diversas y diferentes a las europeas. Ha sido otro de los atractivos de todo el viaje.

Curiósamente pedí para beber la famosa chicha morada y ¡no tenían! y es algo que me ha pasado en muchos de los restaurantes del país, a pesar de ser supuestamente la bebida más tradicional no la suelen tener en muchos sitios. Bueno, en este caso la sustutuí por una copa de vino y no estaba tan malo, me gustó.

Fueron a recogerme para enseñarnos la ciudad junto a los otros españoles. El guía nos explica en el autobús que al día siguiente vamos a subir al punto más alto del viaje, 4920 metros sobre el nivel del mar. Nos aconseja que mastiquemos coca, pero también nos da otras alternativas como el té de coca o comer chocolate muy puro.

En la primera parada vemos un ave tan bonito como el que había fotografiado en Tucumé, pero con distintos colores.

Estamos en un mirador para ver los volcanes.

Es una ciudad tan inmensa que tiene distritos muy separados, comenzamos por un barrio colonial con una iglesia muy barroca. La verdad es que lo que menos me ha gustado del viaje han sido los edificios coloniales y desde luego las iglesias tienen un barroquismo superrecargado que daña a la vista.

Me gusta más este escultura totem:

Paseamos por diversas plazas.

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Dentro de la iglesia de la compañía de Jesús no explican como los pintores de la época colonial representaban sus tradiciones y creencias ancestrales sincretizándolas con las tradiciones cristianas. En esta pintura, por ejemplo, el rostro de la virgen es de tez muy oscura, el niño va sujeto como los sujetan las madres tradicionalmente en este país y a los piés vemos una luna, representación de las creencias panteístas de las culturas precolombinas.

La catedral:

EL CONVENTO DE SANTA CATALINA

Llegamos al famoso convento de santa Catalina.

Es una inmensa ciudadela, una ciudad dentro de la ciudad.

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Con sus calles con nombres de ciudades españolas,

sus plazas,

su escuela,

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sus estancias comunes como el refectorio, las cocinas,

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los lavaderos.

En su momento vivieron 300 monjas en este convento, ahora hay aún treinta. La guía nos recordó las normas estrictas de los conventos y los dogmas católicos. Por ejemplo que a las monjas no les estaba permitido reir ni correr porque debían consagrarse a la oración. Afortunadamente esto ha cambiado, vemos un video donde aparecen las moradoras actuales jugando alegres al voleibol. Una anécdota que me resultó destacable es que debían confesarse de sus sueños, ya que era pecado soñar con san Sebastián. Desconozco si los sacerdotes y novicios también debían confesarse si soñaban con este icono de fermosura…

No me gusta la vida de los conventos en general, nos cuenta la guía que en la época colonial era una sociedad más democrática que la de muros para afuera, donde a la madre superiora se la elegía por votación (aunque solo podían votar las monjas adineradas). En fin, lo único que me gustó del convento fue la loza de procedencia española (Talavera).

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A la salida compré chocolate en La Ibérica, para la subida del día siguiente ya que no me hace la idea de masticar coca, nunca me ha gustado ni masticar chicle, cuando era niño solo los niños masticaban chicle, ahora lo hacen más los adultos y cuando los veo en el metro masticando me parecen rumiantes. Me resulta desagradable.

LA CATEDRAL

Entro para ver por dentro la Catedral,

donde hay una escultura dedicada al ángel caído, una de las muy pocas representaciones del ángel caído que se muestra dentro de un templo.

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Tras dar un paseo vuelvo a la plaza donde hay un restaurante en un segundo piso,

desde el balcón se divisa la plaza y la catedral.

Y había visto que anunciaban el ¡Soltero de queso! que me había recomendado el primer conductor que me llevó del aeropuerto de Lima al hotel el primer día de mi viaje. Es una ensalada de una legumbre parecida a los altramuces con queso parecido al feta, aceitunas y verduras. Me ofrecieron específicamente el aceite de oliva para aliñarla. Todos los ingredientes básicos de la dieta mediterránea.

Tomé un taxi para volver al hotel.

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