Mira mi hermoso pecho desnudo
desafiando la brisa helada de los montes,
enfrentado al salitre oxidante de los mares,
humedecido por la lluvia de la primavera,
henchido de fuerza y virilidad
frente los rayos de fuego de la tormenta,
o ante las zarpas selváticas de fieras en libertad. Lee el resto de esta entrada »