HASTA PRONTO, COMPAÑERO
“…Hacedme
un duelo de labores y esperanzas.”
(Antonio Machado)
Viajar hasta el último aliento
con el corazón,
con la vida.
Su infancia es un tope de tranvía,
una línea de metro en el pasillo de su corrala,
un witoma en la verbena,
y escaparse del colegio
al río,
a los andenes,
para perseguir los vientos,
para conducir los trenes.
Su historia es viajar,
viajar por el deseo
entre pinos y caminos,
descubriendo países, lenguas y narcisos,
con amigas y amigos en cines y teatros,
recorriendo templos, museos y palacios.
Y coleccionar pedazos de arte y de historia,
imágenes en el azúcar,
máquinas de vapor y de las horas.
Viajar con el órgano de una catedral,
Scarlatti, una sinfonía del Renacimiento.
También un ballet de claveles en “El Real”,
e incluso escuchar a Víctor en la Casa de Campo
de pié en un recital.
De pié en “La Fiesta” o en la manifestación,
de pié puertas, parques y rastros.
De pié caminar hasta encontrarnos
en un estanque ya sin campanillas,
y en la noche más soleada,
abrazarnos en silencio,
hasta sentir crujir nuestra esperanza.
Viajar al volante por el tiempo,
en tren, en barco, en helicóptero, en avión.
Y en bólido por el Jarama.
Viajar hacia el futuro, hacia el mañana.
g. bruno. 08
Responder